Este resumen del artículo publicado en Educaweb, es la reflexión de la profesora del Colegio Legamar Fuencisla Gómez Hernández, sobre los condicionantes de género en la elección de unos estudios o una profesión, producto de la observación realizada desde hace años ejerciendo la función de orientadora académica y profesional de nuestro centro.
Coincide con diferentes estudios y artículos publicados sobre el tema, en que hay diferencias educativas y vocacionales por razón de género: el número de alumnos varones matriculados en nuestro Colegio en la modalidad de Ciencias suele ser siempre mayor que el de alumnas, sobre todo en Bachillerato, mientras que hay mayoría de alumnas matriculadas en la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales.
Así mismo, constata que las alumnas valoran y se inclinan con mayor frecuencia por estudios y profesiones vinculadas con el Derecho, las Ciencias Humanas y de la Salud, mientras que los alumnos lo hacen por ramas más técnicas. Todavía persisten estereotipos de género, es decir, creencias sobre las limitaciones de la mujer para las tareas técnicas y convicciones de que las profesiones humanistas y del área jurídico-social son más afines a las mujeres. Por tanto, el ser hombre o mujer condiciona y tiene peso en la toma de decisiones académico-profesionales. La pregunta que se nos plantea es: ¿Cómo adquieren los alumnos esos estereotipos?
El entorno familiar, social y escolar ha tenido mucho que ver. Nadie ignora el peso específico que tiene el contexto del adolescente para que resuelva con éxito su trayectoria escolar y afronte con ánimo su futuro profesional.
Los libros de texto, por ejemplo, muestran ocupaciones científico-tecnológicas representadas un mayor número de veces por hombres; asimismo, las profesiones relacionadas con el cuidado y las relaciones interpersonales aparecen más veces representadas por mujeres. También muchas figuras femeninas de la historia de la ciencia y el pensamiento, Hipatia de Alejandría, Sophie Germain, Marie Curie, entre otras, han sido omitidas u olvidadas como referentes profesionales. Algo parecido ocurre en los catálogos de juguetes, anuncios publicitarios, etc.
El lenguaje, así mismo, está entrelazado con estereotipos culturales utilizando nombres femeninos para referirse a ocupaciones interpersonales (educación, gestión económica, atención a mayores y enfermos, decoración…) mientras que los nombres masculinos se asocian a profesiones técnicas (fontanero, electricista, ingeniero, topógrafo…). Así pues, de los hombres se espera que generalmente sean proveedores; y de las mujeres, que sean cuidadoras (Watson & Newby, 2005).
No obstante, si comparamos la realidad actual con la de hace algunas décadas, podemos advertir que existe la voluntad de ir superando los estereotipos, tanto en la elección de las profesiones como en la asignación de trabajos cotidianos.
El profesor, cuyo rol está cambiando, pasando de ser un instructor a ser la persona que guía y aconseja a sus alumnos en el diseño de sus proyectos vitales, les ayuda a aclarar posturas, a resolver dificultades, a reflexionar sobre el amplio abanico de posibilidades que se encuentran a la hora de elegir. Por tanto, el diseño de un buen Plan de Acción Tutorial con los alumnos, sus familias y Departamento de Orientación, está ayudando a modificar estos estereotipos.
Por tanto, bien en grupo o de manera individual, se diseñan actividades que permiten a los alumnos detectar, desarrollar y gestionar distintos tipos de inteligencia (teoría de las inteligencias múltiples) y, en el campo de la divulgación y la sensibilización pública, se están desarrollando distintas iniciativas, tales como la producción de materiales didácticos en formatos diversos o la puesta en marcha de programas de sensibilización para instituciones y público en general. También hay que resaltar el trabajo que las organizaciones sindicales vienen desarrollando para mejorar la igualdad en el empleo.
La orientación profesional es un proceso que se inicia tempranamente. Nuestra labor no se centra solo en proporcionar al alumnado información sobre el sistema educativo y las salidas laborales, es necesario trabajar con ellos antes el conocimiento que tienen de sí mismos, investigar cuáles son sus debilidades y cuáles sus fortalezas, clarificar sus intereses y valores, en definitiva “dotarles de las competencias necesarias para poder identificar, elegir y/o reconducir alternativas formativas y profesionales, acordes con su potencial y proyecto vital, en contraste con la ofertadas por los entornos formativos y laborales” (Echeverría, 1997, p. 97).
Entre las actividades que realizamos en nuestro centro, que les ayudan a afrontar las barreras de género en la elección de itinerario o profesión, quisiera destacar como ejemplo:
– “Las charlas-coloquio” llevadas a cabo todos los viernes finales de mes. La finalidad de las mismas es “despertar una vocación” independientemente de si se es alumno o alumna. Se van alternando carreras y profesiones del ámbito científico y humanístico y siempre están representadas las profesiones de cada área por hombres y mujeres.
– “Taller de la experiencia” que consiste en el asesoramiento de antiguos alumnos sobre cómo abordar la toma de decisiones académico-profesionales.
– Participación en el programa 4º ESO + empresa. Este programa pretende acercar el sistema educativo y el mundo laboral a través de estancias educativas en empresas e instituciones.
– Participación de alumnas de 4º de ESO en actividades de mentoring organizadas por la Universidad Carlos III de Madrid y coordinadas por actuales alumnas de ingeniería de dicha Universidad que actuarían como mentoras.
– “Prácticas profesionales”. Se visita un centro de trabajo de las futuras profesiones por las que tienen predilección y toman contacto con el día a día de las mismas.
En definitiva, lo que está claro es que todos debemos contribuir en la sociedad a conseguir una cultura de equidad de género, donde mujeres y hombres gocen de igualdad de oportunidades y esto requiere una educación igualitaria.