La lectoescritura es un tema que preocupa a muchos padres, sobre todo en el último curso de Educación Infantil. Tradicionalmente, ha existido una cierta presión sobre la importancia de que los niños accedieran a la etapa de Primaria con el proceso de lectoescritura adquirido. Sin embargo, es importante revisar esta creencia y, sobre todo, valorar los siguientes aspectos.
En primer lugar, son muchos los factores que intervienen en este proceso…y uno fundamental es la predisposición del niño, en la cual juegan un papel determinante la familia, la escuela y las propias capacidades cognitivas del niño.
La evidencia empírica nos dice que el rendimiento lector presenta una relación positiva con la participación familiar en actividades relacionadas con la lectura y escritura. El ejemplo es el mejor aliado: si un niño ve que sus padres tienen la costumbre de leer un libro antes de dormir y le cuentan cuentos, seguramente sentirá interés por la lectura. Además, la genética también adquiere un papel primordial, hijos de padres con trastornos específicos en la lectura (dislexia) presentan una mayor probabilidad de tener dificultades lectoras. Desde la familia debemos dar ejemplo, escuchar, compartir, proponer y no imponer, acompañar, ser constantes, respetar los gustos del niño y su evolución, estimular y alentar.
La escuela es otro elemento importante y aquellas que utilizan metodologías activas, basadas en el aprendizaje significativo, suelen tener mejores resultados. La motivación forma una parte fundamental del aprendizaje lector y la escuela tiene un papel importante en promoverla entre sus alumnos.
Por último, las capacidades cognitivas adquieren un papel primordial. Habilidades como la memoria de trabajo o la comprensión verbal son básicas para la adquisición de la lectura. La capacidad de percepción es igualmente importante (discriminación visual, discriminación figura-fondo, secuenciación visual, procesamiento visomotor, organización visoespacial, capacidad de cierre visual). Las dificultades significativas y los trastornos de aprendizaje influyen en el rendimiento y motivación del niño hacia la lectura.